Intro. Qué son las galaxias

Capítulo 1 – Qué es una galaxia

Nos vamos a meter en el mundo de las galaxias, haciendo un camino por lo que es su nacimiento, su crecimiento, su vida, sus interacciones con otros objetos, su decadencia final y su muerte. Este es un camino lleno de alternativas, que intentaré expresar en forma de las ecuaciones que conocemos y creemos que son fieles a su descripción, aunque como todo en la ciencia, y más aún en las ciencias astrofísicas, son ecuaciones y conceptos perfectibles, mejorables y hasta en algunos casos, tal vez erróneos, pero así es el camino del aprendizaje, que es el de la ciencia, una ruta jamás recta y llana, sino sinuosa y plagada de desniveles. Este viaje será por momentos emocionante, por momentos tedioso, siempre complejo, pues el universo tiene su propio “pensamiento” y es nuestro pensamiento el que necesita adaptarse al suyo. Comencemos pues.

Una galaxia es un sistema formado por miles de millones de estrellas, gas, polvo, materia oscura y, en muchos casos, un agujero negro supermasivo en su centro. Todos estos componentes permanecen unidos no por una “fuerza” en el sentido clásico, sino porque la materia y la energía deforman la geometría del espacio-tiempo, generando una curvatura que hace que los objetos sigan trayectorias curvas dentro de ese tejido cósmico.
Esa curvatura es lo que percibimos como gravedad.[1]

A escalas galácticas, donde las velocidades suelen ser mucho menores que la de la luz y las curvaturas del espacio-tiempo son pequeñas, la formulación newtoniana sigue siendo una buena aproximación para describir el movimiento de las estrellas, el gas y la materia oscura.
Por eso, a lo largo de este proyecto utilizaremos ecuaciones de tipo newtoniano para los cálculos prácticos, pero recordando siempre que el fundamento físico profundo es geométrico, no fuerza-mecánico.

Las galaxias son los principales ladrillos del universo observable. Su estudio permite comprender cómo evoluciona el cosmos desde sus orígenes hasta la actualidad. Se estima que existen más de dos mil millones de galaxias en el universo visible, 2∙109.[2]

1.1 Tipos y tamaños de galaxias

Las galaxias pueden clasificarse según su forma en tres tipos principales:

  • Galaxias espirales, tienen brazos en espiral donde nacen nuevas estrellas. La Vía Láctea, nuestra galaxia, es un ejemplo.
  • Galaxias elípticas, son más redondeadas, compuestas principalmente por estrellas viejas y tienen poca formación estelar.
  • Galaxias irregulares, no tienen forma definida y suelen ser resultado de interacciones o fusiones.

Los tamaños pueden variar desde las enanas, de unos pocos miles de años luz, hasta gigantes de más de 100 000 años luz de diámetro. Sus masas típicas van desde 10⁹ hasta 10¹² masas solares (M). Evidentemente, son los colosos que habitan, como los granos de la foto de portada, en el inmenso vacío (que lejos está de ser la nada) del espacio que llamamos universo.

Para tener una idea de qué estamos hablando, construimos una figura que se muestra a continuación, donde puede verse una galaxia artificial situada en el medio de un espacio donde ella habita.



Figura 1. Proyección de densidad superficial estelar de la galaxia simulada. El brillo corresponde a la cantidad de estrellas por unidad de área proyectada, en el plano del disco. Se observa el bulbo central brillante y los brazos espirales.


1.2 La gravedad como fuerza estructurante

¿Cómo es entonces que existen estos gigantes objetos flotantes, qué fuerzas los producen y les permiten sobrevivir? El equilibrio de una galaxia está determinado por la atracción gravitatoria de su masa. La fuerza de gravedad entre dos masas M y m, separadas una distancia r, es la que en principio nos ayuda a entender cómo se conservan, y se calcula mediante la Ley de la Gravitación Universal de Newton:

F = G · (M · m) / r²

donde

  • F es la fuerza de atracción,
  • G es la constante de gravitación universal (6,67 × 10⁻¹¹ N·m²/kg²),
  • M y m son las masas en kilogramos,
  • r es la distancia entre sus centros.

En condiciones de equilibrio dinámico en el que deben estar las galaxias, pues de lo contrario, ¿cómo habrían podido “vivir” tantos millones de años?, la fuerza gravitatoria que actúa sobre una estrella cualesquiera que gira alrededor del centro de la galaxia, se compensa con la fuerza centrífuga que actúa sobre ella. Como se recordará, la fuerza centrífuga se calcula mediante

Fc= m∙v2/r

De aquí, que al igualar

Fc = F

v² / r = G · M(<r) / r²

pues se puede simplificar la masa m de la estrella que está en equilibrio. De aquí se obtiene la velocidad de rotación de una estrella situada a una distancia r del centro galáctico:



Esta ecuación será fundamental a lo largo de todo el proyecto, pues nos permitirá estudiar la distribución de masa, la materia oscura y el movimiento estelar dentro de una galaxia.

1.3 Cuáles son los componentes básicos de una galaxia

1.     Estrellas: constituyen la parte visible. Forman discos, cúmulos y bulbos.

2.     Gas y polvo interestelar: materia prima para formar nuevas estrellas.

3.     Materia oscura: componente invisible que representa aproximadamente el 85% de la masa total.

4.     Agujero negro supermasivo: presente en el centro de la mayoría de las galaxias masivas.

5.     Halo galáctico: región esférica que rodea la galaxia, con estrellas viejas y materia oscura.

 

 

 

1.4 Escalas típicas de las galaxias

Propiedad

Valor típico

Diámetro de galaxia espiral

50 000 – 100 000 años luz

Masa total

10¹¹ M

Velocidad de rotación

200 – 300 km/s

Número de estrellas

~10¹¹

Porcentaje de materia oscura

~85 %

Edad promedio

10 – 13 mil millones de años


1.5 La ecuación madre de la dinámica galáctica[3]

Para describir la vida de una galaxia desde su nacimiento hasta su muerte, necesitamos considerar cómo actúa la gravedad sobre todos sus componentes.
El principio fundamental que rige toda su evolución puede expresarse de manera compacta como:

Energía total = Energía cinética + Energía potencial gravitatoria

y para un sistema en equilibrio gravitacional:

2·Ecinética + Epotencial = 0

(Este es el teorema del virial, que usaremos más adelante para estudiar la estabilidad dinámica).



Galaxia espiral vista desde el plano ecuatorial.







 

 

Apéndice A

Teorema del virial

 

El teorema del virial está demostrado en mecánica newtoniana (ver Mecánica, Landau-Lifshitz, parágrafo 10), para mecánica relativista (ver Teoría clásica de campos, Landau-Lifshitz, parágrafo 34) y en mecánica cuántica (ver Introducción a la mecánica cuántica, Luis de la Peña, págs. 272 y siguientes).

En todos los casos, se llega a la conclusión de que un sistema estable en rotación verifica, al cabo de períodos de tiempo grandes, la condición de que la energía cinética de los componentes del mismo es la mitad del valor absoluto de su energía potencial, lo que se cumple particularmente para sistemas gravitatorios (pero, en general, para sistemas en los que las fuerzas de interacción atractiva, son inversamente proporcionales al cuadrado de la distancia de separación entre los centros que interactúan).

Nosotros aquí vamos a llegar al teorema del virial a través de un camino mucho más sencillo, que si bien no lo demuestra, deja en claro su razonabilidad.

Consideremos el movimiento de las estrellas en la galaxia. El mismo es un movimiento central, en el sentido de que está determinado por una fuerza gravitatoria central que tironea de las estrellas, tal cual un caballo atado al palenque es tironeado por el poste, o lo que es lo mismo, como en cualquier movimiento circular que viene determinado por la acción de una fuerza centrípeta que, por su carácter centrípeto (apunta en dirección y sentido hacia el centro de la circunferencia) no modifica el módulo de la velocidad de las estrellas que giran alrededor del centro, sino tan sólo su dirección, originando la denominada aceleración centrípeta, causa de que el movimiento de cada estrella no sea rectilíneo y uniforme, sino circular y uniforme. Esta fuerza centrípeta se describe como


                                                Ecuación 1


siendo m la masa de la estrella y ac la aceleración. Ésta, a su vez, se demuestra fácilmente que se calcula

                                               Ecuación 2

donde v es la velocidad lineal de la estrella y r su distancia al centro gravitatorio de la galaxia.

Luego, la fuerza centrípeta que experimenta la estrella en la galaxia es



                        Ecuación 3


Ahora bien, la fuerza que actúa como centrípeta en el caso del movimiento estelar alrededor del centro galáctico, es la fuerza gravitacional,



                      Ecuación 4


donde M es la masa de la galaxia, m la masa de la estrella y r, como antes, la distancia entre los centros galáctico y estelar. Luego, dado que


                        Ecuación 5


Se obtiene, al igualar las ecuaciones 3 y 4, y tras simplificar el radio r, que



                    Ecuación 6


Tomemos en consideración, ahora, que la energía cinética de la estrella (siempre que su velocidad sea mucho menor que la de la luz) es

                    


   Ecuación 7


Mientras que la energía potencial gravitatoria es



                            Ecuación 8


Podemos, a partir de la simple observación, reconocer que la energía potencial gravitatoria de la estrella es igual al segundo miembro de la ecuación 6 con signo cambiado, mientras que el miembro izquierdo de dicha ecuación es exactamente el doble de la energía cinética.

Finalmente, si recordamos que la energía mecánica de la estrella es la suma de sus energías cinética y potencial, tenemos que la energía de las estrellas que ruedan por una galaxia es

                  

  Ecuación 9


O sea, recordando lo anterior



O sea, que la energía mecánica de las estrellas de la galaxia es igual a su energía cinética con signo negativo, o sea, que en valor absoluto, las estrellas tienen la mitad de energía cinética que de energía gravitatoria y, dado que esta es negativa, la energía neta de las estrellas es negativa, lo que las mantiene dentro de la galaxia.

Aún se puede sacar alguna conclusión más del movimiento estelar. Dado que su energía cinética es igual a la mitad del valor absoluto de su energía gravitatoria, podemos decir que el cuadrado de la velocidad de las estrellas es inversamente proporcional a su distancia al centro galáctico, dado que si hacemos


                    Ecuación 10


o sea, el producto del cuadrado de la velocidad por el radio vector de la estrella (su distancia al centro) es una constante, pues lo son G, la constante de gravitación universal, y M, la masa de la galaxia. Esto implica que, a medida que la distancia de la estrella al centro galáctico crece, su velocidad disminuye como la raíz cuadrada de dicha distancia. Bien, pues esto no se cumple a nivel de las galaxias, siempre que tomemos en consideración la masa M de toda la materia “visible”, en el sentido de detectable por nuestros instrumentos. De hecho, la velocidad no disminuye al aumentar la distancia al centro galáctico y, como podrá adivinar, este es el motivo por el que se sugirió la existencia de la materia oscura, que es la forma más sencilla de resolver el problema de que v sea constante (o aproximadamente constante) aún cuando crece la distancia al centro de la galaxia.

 

 

 



[1] Nota:
En la teoría de la Relatividad General de Einstein, la gravedad no es una fuerza, sino la manifestación de la curvatura del espacio-tiempo producida por la presencia de masa, energía y presión.
La relación fundamental que describe esto es la ecuación de campo de Einstein:

Gᵤᵥ = (8·π·G / c⁴) · Tᵤᵥ

donde:

·         Gᵤᵥ representa la curvatura del espacio-tiempo,

·         Tᵤᵥ es el tensor energía-momento que describe la materia y la energía,

·         G es la constante de gravitación universal,

·         c es la velocidad de la luz.

 

[2] En realidad, en el contexto astronómico actual, las estimaciones más aceptadas rondan entre 1×10⁹ y 2×10¹¹ galaxias observables, dependiendo del método y del límite de brillo considerado (por ejemplo, las revisiones posteriores al recuento de Hubble Ultra Deep Field y James Webb).

 The Hubble Ultra Deep FieldSteven V. W. Beckwith , Massimo Stiavelli , Anton M. Koekemoer , John A. R. Caldwell , Henry C. Ferguson , Richard Hook , Ray A. Lucas , Louis E. Bergeron , Michael Corbin , Shardha Jogee , Nino Panagia , Massimo Robberto , Patricia Royle , Rachel S. Somerville , and Megan Sosey. Space Telescope Science Institute, 3700 San Martin Drive, Baltimore, MD 21218, USA

The missing light of the Hubble Ultra Deep Field*. Alejandro Borlaff, Ignacio Trujillo, Javier Román, John E. Beckman, M. Carmen Eliche-Moral, Raúl Infante-Sáinz, Alejandro Lumbreras-Calle, Rodrigo Takuro Sato Martín de Almagro, Carlos Gómez-Guijarro, María Cebrián, Antonio Dorta, Nicolás Cardiel, Mohammad Akhlaghi, Cristina Martínez-Lombilla.

[3] Ver apéndice A

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