Un nuevo experimento con relojes atómicos busca la consistencia o no de la Mecánica Cuántica en condiciones determinadas por la Teoría de la Relatividad General
Nueva propuesta de determinación experimental sobre la congruencia o no de la QM y la GRT.
Uno de los problemas irresueltos de la Física actual es
encontrar el punto de congruencia, o no, entre las dos teorías sobre el mundo físico
que disponemos en la actualidad, la Mecánica Cuántica y la Teoría de la
Relatividad General. Especialmente en Astrofísica y Cosmología, la interacción
entre estas teorías es que se vuelve decisivamente relevante para poder
entender tantos nuevos y no tan nuevos fenómenos astrofísicos, como agujeros
negros, agujeros de gusano, agujeros blancos, y el propio comportamiento de
estrellas de neutrones, la posible existencia de las estrellas de quarks, etc,
etc, etc. Cada día prácticamente se suman nuevos objetos en el espacio cuya
naturaleza y comprensión nos es aún esquiva. Lo mismo acontece en Cosmología,
cómo entender el origen del universo (si es que lo tuvo), su evolución, su
duración y, por supuesto, poder explicar con precisión cómo y por qué lo vemos
como lo vemos en la actualidad (refiriéndonos, en este caso, a los objetos
galácticos y estelares más cercanos, pero también válido para objetos lejanos)
y, en última instancia, cómo podemos predecir su futuro (en el cual nos
suponemos incluidos) con cierto grado de precisión, aunque más no sea,
cualitativa.
Aparte de todos los intentos teóricos para encontrar un camino
que conduzca a la unificación, o cuando menos a la compatibilización entre
ambas teorías, se publicó en febrero de 2025 un artículo que encara una forma
novedosa de buscar la consistencia de la teoría cuántica en el ámbito de la
Relatividad General, basándose en el hecho de que ésta reinterpretó la
gravitación como una deformación del espacio-tiempo. Así, por ejemplo, es bien
conocido y comprobado que el transcurso del tiempo experimenta una ralentización dentro de
un campo gravitatorio, comparado a su mismo transcurso en un sistema de
referencia carente de dicho campo. Esta ralentización es tanto más grande
cuanto más cerca se encuentra el sistema de la masa gravitatoria que genera
dicho campo. Esto se describe en la ecuación
Δt0=Δt(1-2φ/c2)-1/2
Que expresa la dilatación del tiempo Δt medido respecto del tiempo propio Δt0 del sistema sometido al campo gravitatorio φ. Y, como es sabido, el campo gravitatorio φ se puede resolver en el caso más simple como
Φ=GM/r2
Donde r es la distancia del sistema a la masa gravitatoria M
(más específicamente, a su centro de masa).
La propuesta específica es de los científicos Jacob P. Covey, Igor Pikovski y
Johannes Borregaard, quienes publicaron el artículo “Probing curved
spacetime with a distributed atomic processor clock” en el sitio arxiv.
Ellos dicen: “La dinámica cuántica en el espacio-tiempo curvo nunca
se ha investigado directamente más allá del límite newtoniano. Si bien podemos
describir dicha dinámica teóricamente, los experimentos proporcionarían
evidencia empírica de que la teoría cuántica se mantiene incluso en este límite
extremo. El desafío práctico radica en la mínima diferencia de curvatura del
espacio-tiempo a lo largo de la escala de longitud de la extensión típica de
los efectos cuánticos. Aquí proponemos una red cuántica de procesadores atómicos
de tipo alcalinotérreo para construir un estado cuántico distribuido sensible
al tiempo propio diferencial entre los nodos de procesadores atómicos que lo
constituyen, implementando un observable cuántico afectado por el
espacio-tiempo curvo post-newtoniano. Conceptualmente, deslocalizamos un reloj
entre tres ubicaciones codificando la presencia o ausencia de un reloj en el
estado de los átomos locales. Al separar tres nodos atómicos con diferencias de
elevación de escala ∼km y distribuir un reloj entre ellos mediante un
estado W, demostramos que la curvatura del espacio-tiempo se manifiesta en la
interferencia de los tres tiempos propios diferentes que dan lugar a tres notas
rítmicas distintas en nuestro observable no local.”
En el abstract del paper, y luego detallan el
procedimiento que se fundamenta en colocar relojes atómicos (cuya precisión en
la actualidad alcanza un factor de una parte en 1x1018) entrelazados
en estado de superposición en diferentes posiciones (a diferentes distancias)
dentro del campo gravitatorio terrestre, a los efectos de ver la superposición
de sus estados cuánticos y observar cuál es el tiempo de retardo, si lo hay, en
que vuelven a sincronizarse. Si permanecen sincronizados, o si la
sincronización se alcanza en tiempos de retardo suficientemente pequeños podrá
observarse la resiliencia de la mecánica cuántica al ser sometida a los efectos
de los campos gravitatorios de la Relatividad General, o puede indicar los
caminos de las correcciones a la teoría para su validez en campos
gravitatorios, o en última instancia, puede mostrar una línea experimental para
buscar una formulación de la Relatividad General compatible con efectos
cuánticos, o sea, nueva Física. En todo caso este experimento, viable en cuanto
utiliza tecnologías de última generación ya presentes, importa una utilización
de las mismas de un modo novedoso y original, tendiente a empujar los límites
del conocimiento de la Física fundamental de la naturaleza, más allá de las
utilidades prácticas que dichas tecnologías constituyen.
Para aclarar un poco la iniciativa, la figura muestra
algunos aspectos del experimento.
Sondeo del espacio-tiempo curvo
con relojes entrelazados. (a) Tres sistemas de relojes atómicos en ubicaciones
que experimentan diferente gravedad local comparten un estado W. (b) Los
superátomos GHZ pueden aumentar el ancho de banda al amplificar la diferencia
de tiempo propia de la relatividad general Δτ y la no linealidad δΔτ entre
diferentes elevaciones, pero no son necesarios por lo demás. (c) El enfoque
experimental. Los relojes del procesador atómico en cavidades ópticas incluyen:
el superátomo GHZ (puntos morados) y pares auxiliares de Bell de un solo átomo
para operaciones no locales (puntos verdes).

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